También
está demostrado el efecto que tiene este hábito en la mujer, evidenciado por la
significativa pérdida o disminución del deseo sexual, la deficiente lubricación
vaginal, retardo en la capacidad
orgásmica y hasta una disminución en los índices de fertilidad.
Las causas de
la impotencia
La
impotencia del fumador es debida a problemas circulatorios. El tabaco afecta
los flujos sanguíneos del pene, reduciendo la presión sanguínea en su interior.
Durante la erección grandes cantidades de flujo sanguíneo penetran en las
arterias del pene. El sistema venoso peneano, a través de una especie de
válvulas, se comprime para evitar que la sangre salga del pene, quedando
atrapada en unas cavidades denominadas senos cavernosos. Este mecanismo se
halla alterado en los fumadores, lo que provoca dificultades para iniciar la
erección y también para mantenerla el tiempo necesario.
Asimismo,
las arterias peneanas de los fumadores se encuentran afectadas por una
arterioesclerosis acelerada, con mayores depósitos de colesterol y, por lo
tanto, con flujos sanguíneos menores.
La
nicotina, a través de los estímulos que provoca en el cerebro, provoca rápidas
contracciones del tejido del pene, con espasmo de las arterias, disminuyendo todavía
más el flujo sanguíneo. También por el efecto de la nicotina se produce una
dilatación del sistema venoso que impide que la sangre quede atrapada en el
pene, aspecto que dificulta enormemente mantener la erección.
Tabaco y
sexualidad reproductiva
El consumo de tabaco se ha asociado
tradicionalmente a una buena y satisfactoria salud sexual. Sin
embargo, las evidencias se agolpan en dirección contraria. A los ya citados
efectos sobre el sistema circulatorio peneano, al fumar también se le atribuye
una reducción del volumen de la eyaculación así como una disminución del número
relativo de espermatozoides y una merma significativa de su calidad:
espermatozoides deficientes, de movilidad reducida y menor capacidad para
fecundar al óvulo. La suma de todos estos factores puede conducir a
infertilidad.
Del mismo modo, hoy se considera la
impotencia un síntoma de una alteración circulatoria. Al igual que a los vasos sanguíneos
peneanos, el tabaco afecta a los vasos de órganos tan importantes como el
corazón, el riñón y el cerebro. La disfunción eréctil puede constituir un
aviso, por tanto, del peligro de padecer un infarto o una trombosis cerebral.
En cualquier caso, las posibilidades
de mejora de la impotencia al dejar de fumar son elevadas. Esto se debe a que
algunos de los efectos perjudiciales del tabaco se producen por efecto
inmediato de la nicotina. No obstante, el proceso de envejecimiento prematuro
de las arterias del pene es mucho más difícil de recuperar, una vez abandonado
el hábito.
En definitiva, abandonar el consumo
de tabaco es algo que beneficiará no solo tu funcionamiento sexual, sino que
mejorará tu salud en general, enfermarás menos, volverás a degustar las comidas
y bebidas, sufrirás de menos caries, verás que tienes más fuerza y por más
tiempo, podrás caminar, correr y hacer deportes, dejará de afectar a las
personas que viven contigo que en este momento son fumadores pasivos, dejarás
de tener ese característico olor a tabaco que tanto afecta a su imagen, serás
más aceptado socialmente, resumidamente, ganarás en tu calidad y expectativa de
vida, en tu autoestima y en la consideración de los demás hacia tu persona.
Atentamente: Una fumadora.
No soy fumadora, pero mi pareja si y me he quedado un poco preocupada después de leer tanto sobre como afecta el tabaco a la sexualidad...sabia q no era muy bueno pero..=S estamos muy mal informados..
ResponderEliminargracias por el post.