miércoles, 5 de diciembre de 2012

EL CIGARRILLO DE DESPUÉS

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) el tabaquismo es una dependencia a la nicotina del tabaco, la cual genera diversas enfermedades en el cuerpo humano. En un estudio realizado en Massachussets, USA en el año 1993, llamado Massachussets Male Aging Study, con una población de 1300 varones entre 42 y 72 años, se concluyó que el tabaquismo duplicaba el riesgo de disminuir la función eréctil. Se ha demostrado no sólo una menor circulación sanguínea en las arterias del pene, sino que también una menor respuesta a los fármacos que favorecen la erección. Sin embargo, este mismo estudio demostró que  la supresión del tabaquismo es muy beneficiosa en el adulto joven, para prevenir el riesgo de disfunción eréctil o impotencia.
También está demostrado el efecto que tiene este hábito en la mujer, evidenciado por la significativa pérdida o disminución del deseo sexual, la deficiente lubricación vaginal,  retardo en la capacidad orgásmica y hasta una disminución en los índices de fertilidad.

Las causas de la impotencia
La impotencia del fumador es debida a problemas circulatorios. El tabaco afecta los flujos sanguíneos del pene, reduciendo la presión sanguínea en su interior. Durante la erección grandes cantidades de flujo sanguíneo penetran en las arterias del pene. El sistema venoso peneano, a través de una especie de válvulas, se comprime para evitar que la sangre salga del pene, quedando atrapada en unas cavidades denominadas senos cavernosos. Este mecanismo se halla alterado en los fumadores, lo que provoca dificultades para iniciar la erección y también para mantenerla el tiempo necesario.
Asimismo, las arterias peneanas de los fumadores se encuentran afectadas por una arterioesclerosis acelerada, con mayores depósitos de colesterol y, por lo tanto, con flujos sanguíneos menores.
La nicotina, a través de los estímulos que provoca en el cerebro, provoca rápidas contracciones del tejido del pene, con espasmo de las arterias, disminuyendo todavía más el flujo sanguíneo. También por el efecto de la nicotina se produce una dilatación del sistema venoso que impide que la sangre quede atrapada en el pene, aspecto que dificulta enormemente mantener la erección.

Tabaco y sexualidad reproductiva
El consumo de tabaco se ha asociado tradicionalmente a una buena y satisfactoria salud sexual. Sin embargo, las evidencias se agolpan en dirección contraria. A los ya citados efectos sobre el sistema circulatorio peneano, al fumar también se le atribuye una reducción del volumen de la eyaculación así como una disminución del número relativo de espermatozoides y una merma significativa de su calidad: espermatozoides deficientes, de movilidad reducida y menor capacidad para fecundar al óvulo. La suma de todos estos factores puede conducir a infertilidad.

Del mismo modo, hoy se considera la impotencia un síntoma de una alteración circulatoria. Al igual que a los vasos sanguíneos peneanos, el tabaco afecta a los vasos de órganos tan importantes como el corazón, el riñón y el cerebro. La disfunción eréctil puede constituir un aviso, por tanto, del peligro de padecer un infarto o una trombosis cerebral.
En cualquier caso, las posibilidades de mejora de la impotencia al dejar de fumar son elevadas. Esto se debe a que algunos de los efectos perjudiciales del tabaco se producen por efecto inmediato de la nicotina. No obstante, el proceso de envejecimiento prematuro de las arterias del pene es mucho más difícil de recuperar, una vez abandonado el hábito.

En definitiva, abandonar el consumo de tabaco es algo que beneficiará no solo tu funcionamiento sexual, sino que mejorará tu salud en general, enfermarás menos, volverás a degustar las comidas y bebidas, sufrirás de menos caries, verás que tienes más fuerza y por más tiempo, podrás caminar, correr y hacer deportes, dejará de afectar a las personas que viven contigo que en este momento son fumadores pasivos, dejarás de tener ese característico olor a tabaco que tanto afecta a su imagen, serás más aceptado socialmente, resumidamente, ganarás en tu calidad y expectativa de vida, en tu autoestima y en la consideración de los demás hacia tu persona.

Atentamente: Una fumadora.

1 comentario:

  1. No soy fumadora, pero mi pareja si y me he quedado un poco preocupada después de leer tanto sobre como afecta el tabaco a la sexualidad...sabia q no era muy bueno pero..=S estamos muy mal informados..
    gracias por el post.

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